ALEX VALLEGA/ EL PROGRAMA PATAGONICO HOMENAJEA A MARCOS OLIVA DAY

El Programa Patagónico saluda a su amigo Marcos Oliva Day con un profundo pesar, fue un gran amigo, deportista, emprendedor y patriota. Lo conocimos en el 1995 en uno de los tantos viajes que hicieron los universitarios por la Patagonia, desde ese momento fuimos profundizando nuestra relación con él y con su afable compañera de ruta Malala Gauna.

Juntos emprendieron ellos el desafío de vivir lejos de sus afectos, trasladándose a Puerto Deseado hace 35 años, juntos también conocieron la Patagonia profunda, y su Ría, juntos también contagiaron la pasión de querer el propio pago a centenares de chicos de la localidad de Puerto Deseado.

Hicieron lo mismo con el resto de la Patagonia y en los últimos años lo contagiaron a las otras zonas del país. Ese primer encuentro casi 20 años atrás fue obra de Marcos, él era el que te buscaba y te contaba y te contagiaba el amor por lo nuestro, él era quien sin saber cómo y por qué te encontabas en la meseta, la Ría o el garage de su casa hablando de cosas, de cosas importantes. No puedo contar o más bien ya me olvidé las veces que me junté con él, con él y todo lo que estaba atrás: los “monitores”, que eran sus “hijos” y hace unos años también apereció “Marcos Jr.” que les cambio la vida, tanto que después de 35 años volvieron con él a los pagos de sus afectos familiares.

Marcos para el Programa Patagónico hoy CEEP fue un gran amigo, un apoyo en la Patagonia y su casa un lugar para descansar y recargar las “pilas”, su cocina y su garage fue siempre un lugar para pensar y proyectar el futuro de Puerto Deseado y de la Patagonia. Recuerdo y todo los del Programa que lo conocieron no se olvidan de su generosidad y atención para los que venían de afuera como nosotros. Los universitarios que llegamos a la Fundación nunca se iban a cumplir su tarea sin una palabra de aliento, con sus enseñanzas de cordialidad y de buen trato, lograba que nos sintíeramos cómodos a 2300 km de nuestros hogares.

Marcos se interesaba por las cosas de uno, por nuestros nombres, por nuestros anhelos y quería de algún modo que se los transmitiéramos a sus monitores. Tengo tantas cosas para recordar, pero quiero expresar dos: una con él y Malala, y la otra de los dos en un invierno del 2012 en La Cueva. La primera tiene que ver con unas reuniones que no fueron bien en Deseado, yo esta abatido y confundido, digamos un poco solo, y los dos pero sobre todo él me dieron coraje y ánimo, para seguir y no pensar en los que impiden que se realicen las cosas. Fueron pocas palabras, pero suficientes para retomar el camino.

La segunda tiene que ver con un festejo íntimo, pero necesario, que fue cuando en agosto del 2012 volvimos de 12 días de Cabo Blanco, después de un gran esfuerzo de varios chicos: Juan, Clara, Santiago, Manuela, Victoria, Pilar, Ezequiel, Milagros y otros. La Cueva era el lugar de reunión, estaban Carlos Santos y sra, Jorge Ribaya y sra, que habían participado de esa pequeña “Comunidad de Cabo Blanco”. Él no, pero su presencia era fundamental, casi necesaria, era como si tuviésemos una deuda, él nos había impuesto el amor a Deseado, Carlos y Jorge eran Deseado. Esa noche como si estuviéramos en un “hechizo”, en algún momento también nosotros éramos Puerto Deseado.

Este 20 de noviembre perdimos un amigo, patriota y patagónico por decisión propia, lo vamos a extrañar cuando miremos la Ría, o utilicemos un kayak en Deseado, sea alumnos del San Pablo, o del Colegio de la Providencia, o de la UCA o de cualquier lugar del mundo, muchos dirán … “yo empecé una vez en Puerto Deseado” y seguramente en cualquier lado del país, centenares de chicos y grandes dirán … “yo también”.

Los 20 de noviembre el Colegio de la Providencia conmemora el Día de la Soberanía en el Lago del Desierto, en el 2016 cuando recordemos los próceres de la Vuelta Obligado, de la Independencia o de Malvinas, aprovecharemos para recordar a Marcos Oliva Day, un hombre que vivió al lado de lo que amaba, su mujer y su país.

Alex H. Vallega