Instalado en la mesa que comparte junto a tres alumnas del grupo de adultos, don Pedro, copia afanosamente en un cuaderno los ejercicios para luego pasarlos en  su computadora a un archivo Word que también lleva a las clases: “Es una manera de aprender más y también me sirve de ayuda en la pronunciación, me lleva un tiempo pero me entusiasma cada día poder escribir y decir una frase nueva,  es una alegría enorme venir a este curso con las chicas que son mayoría”, confiesa mientras posa sonriente junto a sus compañeras.
“Este un curso del nivel inicial que lanzamos este año pensando justamente en gente grande que quiere aprender el idioma, pero no nos imaginábamos que íbamos a tener Pedro en el grupo, y cuando apareció a inscribirse y después cuando llegó al aula  con su cuaderno nos pusimos felices, porque para aprender no hay edad, solo hace falta iniciativa, y ese es un lema que tenemos en la academia;  Pedro es nuestro mejor ejemplo”, señaló María Teresa, una de la pionera de la enseñanza de inglés a personas  adultas.
Mientras asiste a las clases de una hora que se imparten los martes y jueves, don Pedro,  confiesa que la principal motivación que tiene es aprender cada día más para demostrase a sí mismo que nunca es tarde para aprender cuando se tiene empeño, algo que lo está demostrando con creces.

DIARIO TIEMPO SUR, JUNIO 2014