HOMENAJE A MARCOS OLIVA DAY DESDE LONDRES

«Todo pasa y todo queda»—dice el poeta—«pero lo nuestro es pasar: pasar haciendo caminos, caminos sobre la mar».

Acabo de enterarme de la tristísima noticia del fallecimiento de nuestro muy querido amigo Marquitos. Es muy difícil creer que un hombre tan lleno de vida y de proyectos ya no está con nosotros.

Ni siquiera intentaré resumir los logros de su vida—su liderazgo de la fundación Conociendo Nuestra Casa que creó en 1983 y que promovió con tanta energía a lo largo de 30 años; su trabajo de fiscal en Puerto Deseado; sus travesías y expediciones en kayak (incluso por el Cabo de Hornos!) y en velero; y sus descubrimientos ecológicos, como los pingüinos de penacho amarillo en la Isla Pingüino.

Lo que sí quiero expresar es que yo personalmente le debo una deuda muy grande. Cuando tenía diecisiete años viví un año en Puerto Deseado con Marcos, Malala y Maki. Me recibieron como un sobrino y, aunque yo soy una persona bastante difícil, siempre me apoyaron y me ayudaron. Vivir con ellos fue una experiencia que me cambió la vida. Nunca me olvidaré de nuestras travesías por Chile en kayak, de las recorridas por la Patagonia en su Nissan Patrol, ni de las tardes de "peliculones" que le gustaban tanto.

Seguramente cada uno de nosotros tiene recuerdos así de lindos.

Era un tipo que se llevaba muy bien con todos y que le encantaba conocer a gente nueva, pero sin duda lo que más alegría le dió fue estar con su familia y sus amigos queridos. Bien sabía la suerte que le tocó estar casado con tan fuerte y hermosa mujer como Malala y tener un hijo como Marquitos. Era impresionante ver el orgullo con que le vió a Maki crecer a tener un carácter tan valiente y bueno como lo de su padre.

Un ejemplo para todos nosotros de como vivir una vida mejor.

Guy Mathers.